Erick Cortez reapareció por todo lo alto
Erick Cortez, primero de derecha a izquierda, a hombros junto a sus colegas Talavante y el "Fandi", además del empresario Ricardo Ramírez.
-Luego de una concienzuda preparación, que lo mantuvo por varios meses en ganaderías españolas, vino a Maracaibo, a la Feria de la Chinita, el moreno diestro venezolano Erick Cortez.
Fue una preparación silenciosa, de poco ruido en la prensa y en los medios informativos de Internet, pero tan intensa e interesante que le valió para coronar un extraordinario triunfo en la última cita del ferial marabino, justamente al lado de dos diestros con connotación de figuras del toreo.
Erick Cortez no se ceñía el traje de luces desde el mes de enero, cuando hizo el paseíllo en la Feria de San Sebastián. En ese momento arrastraba una dolorosa lesión en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda, que le impedía casi apoyarse y lograr normal movilidad. Tres días antes de la actuación andina, el dolor era más intenso y bajo recomendaciones médicas decidió actuar, acrecentándose el malestar.
Desde entonces centró su objetivo en el triunfo y se marchó a España a buscar nuevos tratamientos con especialistas para su lesionada rodilla, y luego, con la mejoría visible, internarse en el campo bravo, consciente que con 18 años de alternativa y con amplio sentido profesional, no se puede perder la ambición de triunfar, y más, cuando se poseen las condiciones innatas de un torero distinto en su quehacer artístico.
Muchos se sorprendieron cuando vieron el nombre de Erick Cortez anunciado en los carteles de la Feria de la Chinita de Maracaibo. Sobre todo, los incrédulos, que no tienen piso real ni baremo para medir las condiciones y consistencia de este torero.
Pero ”Socorrito“ y ”Canelo“, fueron dos toros con el hierro de la triunfadora divisa andina de ”Los Ramírez“, que fueron peldaño para el triunfo en medio del lodazal en que estaba convertido el ruedo marabino. La prensa ha reseñado ampliamente el acontecimiento, valorando con justicia la actuación de Erick Cortez, en una feria donde las orejas ocuparon titulares repetidos, que el criollo dio peso especifico oreja por oreja tras la torera actuación.
Lo principal de su actuación, independientemente de las orejas cortadas, fue la magnífica sensación que ha dejado, de un torero que está para decir muchas cosas importantes en el toreo. Su capacidad y su arte de siempre parece que han adquirido un lugar distinto. Una tranquilidad, seguridad y una maestría nacidas del hecho de haber superado la gravísima dolencia de su rodilla izquierda, y de ser en todos los sentidos, un hombre feliz y consciente del momento profesional que atraviesa y el futuro que le espera.
Por parte del torero, podríamos asegurar que todo no queda allí, gracias a su constancia. Vendrán otras tardes, otros triunfos, otras tardes de ensueño y arte si nuestras empresas taurinas entienden la necesidad de presentar a los públicos el arte renovado en toda su esencia de este espada venezolano que no merece lectura rápida, sino lenta y sosegada.
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